jueves, mayo 09, 2013



SEXO



Los cuerpos se descubren con la exhalación sofocada y contenida, se derrama el beso que desemboca en la verdad y llega el perfume de la conquista, de las manos que se hunden, se escapan, se rebuscan y se arrastran.

Nos volvimos accidentales y presurosos de encuentros, las vergüenzas hallaron su rumbo sutil y apasionado, los contornos claroscuros respiraron y encastraron, balbuceamos palabras innecesarias que cedieron y a la herida amordazaron.

Los preámbulos no existían sólo estaba el ardor y el arrebato, la desinteligencia de no saber, el impulso sensual e inquebrantable. Acaso nos llenamos de metáforas que animamos como un vendabal, como una tromba erótica de lunas, de cielos, de abrazos.
Intrépidamente me llega desde el olvido una canción exiliada y perdida, un sonido que aparece para loarte, beberte y percatarse, un murmullo que dejaré rumorar y absorber la sincronía de las almas, la insistente convergencia de las órbitas y las férreas pretensiones de las ganas.


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