DE SALIDA

 

 

 

Cuando termino bajo persianas y apago la luz. Encierro la voz, abro bien los ojos y camino en puntillas para evitarte sobresaltos.
Sobresaltos! Sí.

A ti que repites personaje en escenarios desiguales, a ti que la creatividad se te agota cuando el galanteo no tiene hora ni destino fijo.
A ti que hablas, explicas e impartes lecciones de escrupulosidad, a ti que se te quedó la valentía atorada quien sabe en cuanta desilusión.
A ti que se te va la vida buscando un remanso pero no apuestas, no construyes, no respetas, a ti que no aprendiste que lo noble te hará grande y la palabra memorable.
A ti que te vestiste de playboy y sacaste a relucir inseguridades, a ti que no te esfuerzas y esperas paciente a que la dama toque a tu puerta.
No me sorprende encontrarte callado y escondido, porque lo que me llevo ya había sido advertido. ¿Qué podrá quedarte ahora cuando olvidaste guardar el as bajo la manga?
Lo que vine a buscar no era mío y tristemente tampoco tuyo. Lo que vine a buscar estaba tan tapado de perplejidades que lo supe encontrar justo donde nadie escarba.
El pequeño mundo de lo permanente se hizo insuficiente, tenía comienzos dulces y maneras esmeradas, tenía deseos de adornarte y condiciones para acompañarte.
Todo lo dejaré a tus pies como un agasajo a tus ganas y a tu búsqueda. Lo dejaré para aquél que vive en ti y al que no sé si todos pueden ver.
Será un deseo vivo para que la sensible intensidad de tu ser salga a la vida, para que te descubras completo y con las manos abiertas al universo. Será para bailes al compás de los tiempos y te encuentres allí, en toda la armoniosa melodía de tu alma. Será un deseo real.